lunes, 29 de febrero de 2016

HOY ES ÚNICO


No se si te habías dado cuenta que hoy es un día único.

¡Claro! Hoy es 29 de febrero. Y esto solo ocurre cada cuatro años.

Es verdad. Pero, ¿solo por eso?

Pues no se por qué más.

Es lunes, comienza la semana, acaba el mes, nos aproximamos a la primavera, nos alejamos del invierno…

Ahhh…

Porque hoy me he levantado con una sonrisa, porque hoy tenga una casa caliente, porque hoy tenga a alguien con quien hablar, porque hoy he podido ir a misa, porque hoy sigue habiendo alimentos en el supermercado, porque hoy te quiero un poco más, porque…

Para, para, para. Todo eso lo hay cada día.

Es verdad. Y no somos conscientes de cuánto bien tenemos a nuestro alrededor.

Y ¡esto a qué viene?

A nada, simplemente a recordarte que hoy es único, que hoy puedes sonreír, que hoy puedes ser un poco más feliz… ¿Te parece poco?


No. Me gusta. Hoy voy a disfrutar de este día. Esa va a ser mi regla de vida.

domingo, 28 de febrero de 2016

ESTAMOS A TIEMPO

Hoja de higuera viva: aprovechó su oportunidad

LUCAS 13, 1-9 La higuera estéril

En aquella ocasión algunos de los presentes le contaron que Pilato había mezclado la sangre de unos galileos con la de las víctimas que ofrecían.

Jesús les contestó:

- ¿Pensáis que esos galileos eran más pecadores que los demás, por la suerte que han sufrido?  Os digo que no; y, si no os enmendáis, todos vosotros pereceréis también. Y aquellos dieciocho que murieron aplastados por la torre de Siloé, ¿pensáis que eran más culpables que los demás habitantes de Jerusalén? Os digo que no; y, si no os enmendáis, todos pereceréis también.

Y añadió esta parábola:

Un hombre tenía una higuera plantada en su viña, fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Entonces dijo al viñador:

-Ya ves: tres años llevo viniendo a buscar fruto en esta higuera y no lo encuentro. Córtala. ¿Para qué, además, va a esquilmar la tierra?

Pero el viñador le contestó:

- Señor, déjala todavía este año; entretanto yo cavaré alrededor y le echaré estiércol; si en adelante diera fruto..., si no, la cortas.

Este evangelio nos ofrece una doble invitación.

La primera, es a no juzgar. ¿Qué sabemos de los demás? ¿Tenemos todos los elementos para poder emitir un juicio? Y aunque así fuera, ¿somos capaces de penetrar en el interior de los otros para poder entender por qué hizo aquello  y de aquella manera? No somos capaces, carecemos de los elementos para hacerlo, no es nuestra la función de juzgar. Dios, que sí dispone de todos esos elementos, es misericordia. Esa es su grandeza. Nos mira con misericordia, nos perdona infinitamente, nos mima continuamente. A pesar de no hacer las cosas bien. Por eso, ¡Cuánto nos alegramos de que no seamos nosotros los que tenemos que juzgar! Dios es más cercano, más padre, más generoso que todos nosotros.

La segunda invitación, es que siempre nos da otra oportunidad. En esta vida nada es definitivo, siempre estamos a tiempo de enmendar, de cambiar, de perdonar, de amar. Ahí está la clave. Esta es la grandeza: siempre podemos amar más.

El video que sigue nos invita a darnos cuenta que la vida se puede vivir sin ir corriendo de un lado para otro, porque siempre tenemos más oportunidades, como las tuvo la higuera del evangelio. Feliz domingo.

sábado, 27 de febrero de 2016

PENSAR CON EL ALMA


Las palabras se quedan cortas
A veces ni encontramos las adecuadas
No sabemos cómo expresarlo.
En cambio, cuando pones alma, se entiende,
sin palabras, se entiende
Porque ese lenguaje es claro y auténtico.
Pon alma: es la comunicación sincera.

viernes, 26 de febrero de 2016

MISERICORDIA ES EL MÁS BELLO NOMBRE DE DIOS





El pasado sábado, Francisco, nuestro querido consiliario, nos habló de la misericordia y el año jubilar que estamos viviendo. Aclaró el porqué de este año jubilar extraordinario dedicado a la bondad y la ternura de Dios y para practicar las obras de misericordia.
En la bula de la convocatoria se nos recuerda que la misericordia es “la viga maestra que sostiene la estructura de la Iglesia”, por lo que hemos de cuidarla porque no existe Iglesia sin misericordia.
Después hizo un rápido resumen de la historia de los siglos XX y XXI para poder entender la necesidad de este año jubilar. Son años de capitalismos y comunismos férreos, guerras mundiales, campos de concentración, terrorismos despiadados, desplazamientos forzados de población, terremotos… En fin sucesos que nos desgarran y que necesitan de la mano misericordiosa de Dios.
Juan XXIII ya nos recordó que la misericordia es el más bello nombre de Dios y Juan Pablo II, que conoció en su propia persona los problemas de los campos de concentración, terrorismo, sufrimiento personal enorme…, tuvo como lema de su pontificado la misericordia e incluso llegó a establecer el 2º domingo de Pascua como Domingo de la misericordia.
Benedicto XVI nos recuerda que la misericordia pone límite al mal y dice en una de sus encíclicas que para los remedios del mundo no hay que partir de la justicia sino del amor.
Y por último el papa Francisco escogió como frase de su episcopado: “mirándome con misericordia me eligió”.
Considera que vivimos en un mundo herido que ha perdido el sentido del pecado y que considera que es un pecado incurable. Pero la misericordia es la mano que nos levanta y nos salva.
Ni Jonás, ni el hermano del hijo pródigo querían que Dios les tendiera esa mano a los descarriados, pero como hemos dicho antes o la Iglesia es misericordiosa o no refleja el rostro de Dios. Incluso a los confesores les pide que sean tiernos y acogedores y que el confesionario no sea un lugar de tortura.
En definitiva, que se ve la mano del Espíritu en la idea del Papa de dedicar este año jubilar extraordinario a la misericordia.
Muchas gracias a Francisco por sus palabras que han sido esa mano que todos necesitamos para profundizar en nuestra vida de cristianos.

Isabel y Mateo

jueves, 25 de febrero de 2016

LA MAS PROFUNDA ACEPTACIÓN, DE FOSTER (Y IV)


CUARTO DIA

Todo mi sufrimiento resultó ser un regalo, no una maldición. La depresión apareció para hacerme ver -de la manera más dramática que cabe- hasta qué punto me había desconectado de la vida. Visto así, el sufrimiento siempre es una señal que nos indica el camino de vuelta a la integridad.

Con frecuencia, solo cuando empezamos a sufrir comenzamos a escuchar a la vida. Así que, de algún modo, a todos se nos provee de la cantidad de sufrimiento exacta que necesitamos para reconocer quiénes somos realmente.

Cada ola es una expresión única del océano, y cada ola sufrirá de una manera distinta. Tu sufrimiento es tu invitación sin par a que retornes al océano.

Mi depresión apuntaba directamente al despertar espiritual. Mi depresión indicaba que el camino de vuelta a quien soy realmente, que está siempre en profundo reposo; era una invitación a soltar la carga de mi pesado relato sobre el pasado y el futuro, y a descansar profundamente en la experiencia presente; era una invitación a despertar del sueño de la separación. Solo que tardé cierto tiempo en aceptarla.

Comprender que nada exterior a nosotros provoca en realidad el sufrimiento es la clave de una increíble libertad. Las circunstancias nunca pueden ser realmente la causa de nuestro sufrimiento; es siempre la respuesta que damos a las circunstancias la que nos hace sufrir.
Sufrimos solo cuando buscamos la forma de escapar de ciertos aspectos de nuestra experiencia presente, y al hacerlo, nos separamos de la vida y entramos en guerra con nosotros mismos y con los demás – a veces de manera obvia y a veces de manera muy sutil-. Nuestro sufrimiento tiene sus raíces en la negativa a sentir lo que sentimos, a experimentar lo que experimentamos ahora mismo. El sufrimiento es inherente a nuestra guerra con la vida tal como es, inherente a la ceguera que nos impide ver que todo lo que sucede en el momento está siempre aceptado, en el sentido más profundo.



Texto extraído del libro de Jeff Foster, “La más profunda aceptación. Despertar radicalmente a la vida ordinaria”.

miércoles, 24 de febrero de 2016

LA MAS PROFUNDA ACEPTACIÓN, DE FOSTER (III)


TERCER DIA


En medio de la depresión extrema, brilló de pronto otra posibilidad: quizá mi fracaso al intentar sostener mi vida no fuera en realidad una enfermedad, una perturbación mental ni una señal de debilidad o de disfunción. Quizá, de entrada, aquella no fuera mi vida, la vida que debía sostener en pie, y yo no fuera quien pensaba que era. Quizá la verdadera libertad no tuviera nada que ver con ser una ola mejor dentro del océano, con perfeccionar el relato de mí mismo que me contaba. Quizá la libertad tenía que ver sola y exclusivamente con despertar del sueño en el que somos olas separadas, y con abrazar todo lo que aparece en el océano de la experiencia presente. Quizá ese fuera mi trabajo, mi verdadera vocación en la vida: aceptar profundamente la experiencia presente, desprenderme de todas las ideas sobre cómo debería ser este momento, en vez de empeñarme en sostener una falsa imagen de mí mismo.

Empecé a perder interés en fingir que era lo que no era. Empecé a perder interés en oponer resistencia al momento presente. Empecé a enamorarme de la experiencia presente. Descubrí la profunda aceptación inherente a cada pensamiento, a cada sensación, a cada sentimiento, y el sufrimiento comenzó a caer en picado. Me di cuenta de que no era un ser defectuoso ni nunca lo había sido, y de que esto era igualmente aplicable a todos los demás seres humanos del planeta.

El sufrimiento humano puede parecer tan insondable, incontrolable, impenetrable…, un  problema demasiado descomunal para poder remediarlo. A veces parece tan sin sentido, tan inexplicable y tan fortuito y repentino que lo único que uno puede decir es: “¿Qué me pasa? ¿Qué es lo que estoy haciendo mal?”, “¡Debe de ser por mí, por mi forma de ser!”, “Será que es mi sino sufrir así!”, “Seguro que es la genética, o algún desequilibrio químico del cerebro”.

Yo no creo que haya nadie fundamentalmente incapacitado para la vida, que nadie tenga que sufrir, que haya ninguna desdicha predestinada o inherente a nosotros en modo alguno.

Lo que sí veo es que mucha gente busca, intentando escapar de lo que piensan y sienten en el momento. Oponen una resistencia férrea a la experiencia presente, pero no se dan cuenta de que es eso lo que hacen, y tienen así la sensación de que el sufrimiento les invade, casi como si les llegara del exterior y fueran víctimas de él. Si se dieran cuenta de la magnitud de su resistencia al momento, no tendrían que seguir recurriendo a todo tipo de extrañas teorías para explicar o justificar su sufrimiento. Dejarían de culpar de su sufrimiento a la vida, dejarían de culparse a sí mismos, a los demás o a las circunstancias; dejarían de culpar a la alineación de los planetas o de las estrellas, a las fuerzas electromagnéticas o las energías cósmicas, a su karma, a su gurú, a Dios o al diablo, y serían responsables en el auténtico sentido de la palabra: capaces de responder a la vida tal como es en este mismo instante, y no a la vida como imaginan que es o que debería ser. 

....

martes, 23 de febrero de 2016

LA MÁS PROFUNDA ACEPTACIÓN, DE FOSTER (II)


Segundo día

A pesar de todo, alrededor de los veinticinco años, tras una serie de percepciones muy lúcidas, empecé a entender con claridad que, en el nivel básico, la depresión que sufría era en realidad la experiencia de mi profunda resistencia a la vida. No es que experimentara algo ajeno a mí llamado depresión. No es que algo llamado depresión me estuviera sucediendo. Lo que experimentaba era mi propia guerra interior con la manera de ser las cosas y, en la raíz de esa guerra, estaba mi propia ignorancia de quien era realmente. Había dejado de ver la completud de la vida; había olvidado cuál era mi verdadera naturaleza, e, indignado, me había lanzado a combatir la experiencia presente. Incapaz de darme cuenta de quién era en realidad, e identificándome por tanto como un “yo” separado, había entrado en guerra con el momento presente.

La depresión estaba enteramente relacionada con mi forma de ver el mundo: con los juicios que hacía de él, las creencias que tenía de él, las exigencias que albergaba sobre cómo debería de ser este momento. Por debajo de aquella tentativa de controlar mi vida con el pensamiento, estaba el miedo a los desafíos, a las pérdidas y, en última instancia, a la muerte. La resistencia que se oponía a la vida me llevó a una depresión extrema, suicida…, pero todos estamos desconectados de la integridad en mayor o menor medida, y el grado en que nos desconectamos de la integridad es el grado en que sufrimos. Yo me había desconectado de la vida totalmente, y el sufrimiento se hizo insoportable. Me había convertido en un cadáver andante, pero no era la vida la culpable de ello; inocentemente, lo había hecho yo, en mi porfiada búsqueda de una integridad futura que nunca iba a llegar.

En la raíz de la depresión estaba el sentimiento de que yo era una persona separada…, un yo individual, una entidad desvinculada de la vida en sí y apartada de este momento. Y aquel yo individual tenía que encontrar la manera de mantener, sostener y sustentar algo llamado “mi vida”…, de orquestarlo, de hacer que tomara la dirección en la que yo quería que fuera, de tener el control sobre ello. Eso es lo que me habían enseñado desde muy niño, y eso es lo que el mundo me había estado gritando: se esperaba de mí que tomara las riendas de mi vida, que supiera lo que quería y fuera capaz de lanzarme a conseguirlo. Los demás parecían saber todos dónde estaban, qué hacían, adónde iban, y yo, en cambio, era incapaz de sostener en pie el relato de mi vida sin que me cayera encima y me aplastara. La depresión fue la experiencia de no ser capaz de mantener mi vida en pie y de sentir, como consecuencia, que mi vida, literalmente, me deprimía.

En la actualidad, veo que a todos nos “deprime” (del latín premere, “presionar”, y de, “hacia abajo”) el peso de nuestras vidas, el peso de nuestra historia y de nuestros futuros imaginados. En este sentido, puede decirse que ¡todos estamos deprimidos en mayor o menor medida!, pese a que solo cuando el peso se vuelve prácticamente imposible de acarrear nos atribuyamos el calificativo de “deprimidos” y nos separemos de nosotros mismos y de los demás. Aunque no todos suframos de depresión clínica, todos vamos por ahí cargados con un relato de nosotros mismos que hemos ido elaborando, intentando hacer que nuestra vida vaya por donde queremos que vaya. Y, en uno y otro nivel, todos fracasamos en esa tentativa de ser quienes no somos.


Mi sufrimiento tomó forma de depresión, angustia existencial, timidez enfermiza y total falta de intimidad en mis relaciones. Pero todos sufrimos a nuestra manera; ahora bien, o vemos en el sufrimiento un estado terrible que se ha de evitar a toda costa o lo vemos por lo que realmente es: una señal muy clara que nos indica el camino de vuelta a casa. 
.....
Nota de la redacción.- Sabéis que Carlos Malillos, además de una persona entrañable, miembro de los Equipos de Valladolid, es escritor, novelista y poeta. La tarde de este martes día 23 de febrero, de 18 a 20 horas, en la Librería Pastor de la Plaza de Santo Domingo, firmará ejemplares de sus obras. Podéis pasar a saludarle y conocer su obra.  Si pincháis aquí os lleva a su blog donde lo anuncia. Esta es su fotografía:


lunes, 22 de febrero de 2016

LA MÁS PROFUNDA ACEPTACIÓN (I)



 Jeff FOSTER, LA MÁS PROFUNDA ACEPTACIÓN

PRIMER DIA

“He sido, la mayor parte de mi vida, un pequeño yo triste y solitario, una ola deprimida en el océano cósmico de la vida. Me sentía totalmente separado de ese océano, y vivía en lucha constante conmigo mismo y con los demás, sin disfrutar jamás de un solo momento de descanso. Pasé muchos años intentando desesperadamente encajar, triunfar, conectarme con los demás, encontrar el amor, descubrir mi sitio en el mundo, pero, a pesar de todos mis esfuerzos, caí en una depresión cada vez más profunda. Culpaba a todo y a todos de cómo me sentía: mis genes, la química de mi cerebro, la educación que recibí, mis padres, mis amigos, mi jefe, la crueldad de la vida, nuestra sociedad obsesionada con el dinero, los medios de comunicación, los carnívoros, los políticos, las corporaciones, los “malhechores”… Mi desdicha nada tenía que ver conmigo, o eso creía yo. Era la única respuesta posible a una vida que se había vuelto contra mí. La vida era cruel, era injusta, era hostil; la vida me había maldecido. La culpaba de mi desdicha, y sentía que tenía perfectamente derecho a hacerlo. “Si hubieras pasado por lo que yo he pasado, ¡tú también te sentirías como yo!”: así es como me gustaba justificar mi desdicha ante los demás.

La vida no había estado a la altura de mis expectativas, la gente me había defraudado y, por más que lo intentara, no tenía ningún control sobre el rumbo que mi existencia había tomado. A consecuencia de todo ello, acabé postrado en cama, sin energía para levantarme, asqueado, con un sentimiento de opresión y ganas de morir, sin fuerzas ni ánimo para hacer frente al día que se presentaba. ¿Qué sentido tenía salir de la cama? Detrás de la puerta de mi habitación, lo único que me esperaba era más desdicha. Sabía lo que era la vida, y quería eludirla a cualquier precio. La vida era dolor, y yo no quería sentir dolor.

¿Cómo había terminado así? En pocas palabras, a lo largo de los años había forjado muchas ideas sobre cómo debería ser la vida. Había recopilado muchas creencias acerca de la realidad, muchas teorías sobre la manera en que realmente funcionaban las cosas, muchos conceptos sobre lo que debía y no debía suceder en el mundo. Había llegado a infinidad de conclusiones sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal, sobre lo que era bueno y era malo, lo que era normal y anormal, apropiado e inapropiado.

Y tenía muchas imágenes de mi mismo que había intentado sostener en pie, muchas exigencias sobre cómo quería que los demás me vieran y cómo quería verme a mí mismo. Deseaba ver y que los demás vieran en mí a un triunfador, a un hombre atractivo, inteligente, generoso, bueno, compasivo y virtuoso. Pero la vida se interponía continuamente en mi camino impidiendo que se cumplieran mis deseos; la vida, sencillamente, no me dejaba ser quien yo quería ser. La vida no me entendía. Nadie captaba quién era yo. ¡Nadie me entendería jamás! El hecho de ver frustradas mis expectativas de la vida y de juzgarme, además, a mí mismo continuamente me acarreaba dolor, y yo detestaba el dolor y no quería tener que soportarlo ni un minuto más.

...hermoso y profundo texto, que vamos a publicar en cuatro días...

domingo, 21 de febrero de 2016

ES EN EL INTERIOR

Cuando te "transfiguras" te cambia la cara

LUCAS 9, 28-36

Ocho días después de este discurso se llevó a Pedro, a Juan y a Santiago y subió al monte a orar.

Mientras oraba, el aspecto de su rostro cambió y sus vestidos refulgían de blancos.

En esto, se presentaron dos hombres que conversaban con él: eran Moisés y Elías, que se habían aparecido resplandecientes y hablaban de su éxodo, que iba a completar en Jerusalén.

Pedro y sus compañeros estaban amodorrados por el sueño, pero se espabilaron y vieron su gloria y a los dos hombres que estaban con él.

Mientras éstos se alejaban, dijo Pedro a Jesús:

- Jefe, viene muy bien que estemos aquí nosotros; podríamos hacer tres chozas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías.

No sabía lo que decía. Mientras hablaba, se formó una nube y los fue cubriendo con su sombra. Al entrar en la nube se asustaron. Y hubo una voz de la nube que decía:

- Éste es mi Hijo, el Elegido. Escuchadlo a él.

Al producirse la voz, Jesús estaba solo. Ellos guardaron el secreto y, por el momento, no contaron a nadie nada de lo que habían visto.

Es el evangelio de la transfiguración. La persona está llena de inteligencia. Se dice que hay varias inteligencias. Las que más se admiten son tres: la inteligencia intelectual, la inteligencia emocional y la inteligencia espiritual. El ser humano necesita las tres para llegar a la dimensión más profunda que es capaz de alcanzar.

Hoy el evangelio nos presenta a un Jesús que se transforma delante de alguno de sus apóstoles. Para aproximarse a esta dimensión es necesario mirar para dentro, cerrar los ojos y dejar que la persona entera note esa presencia de Dios. Es ahí donde se puede llegar a tener una aproximación de lo que es la transfiguración.

Lo dice así Fray Marcos comentando este pasaje:

Se trata de una transfiguración. Cambió la figura, lo que pueden percibir por los sentidos. En lo esencial, Jesús siguió siendo el mismo. Fue la apariencia lo que los tres discípulos experimentaron como distinto. En Jesús, como en todo ser  humano, lo importante es lo divino que no puede ser percibido por los sentidos. En los relatos pascuales, se quiere resaltar que ese Jesús que se les aparece, es el mismo que anduvo con ellos en Galilea. El relato, referido a su vida, se dice lo mismo, pero desde el punto de vista contrario. Ese Jesús que vive con ellos es ya Cristo glorificado. Quiere demostrar que lo que descubrieron de Jesús después de su muerte, ya estaba en él durante su vida, pero no lo vieron.

Nosotros tenemos la capacidad de tocar en nuestro interior ese mismo Jesús que nos habla en el evangelio. Vamos a intentar escucharle. Porque es esencial para nuestras vidas.


En el siguiente video, podrás visualizar cómo llegar a tu interior. No es fácil. Pero es necesario intentarlo para poder ser feliz.


sábado, 20 de febrero de 2016

CLAVE DEL FRACASO





Trata de dar la razón a todo el mundo
Trata de complacer a todo el mundo
Trata de decir a todo el mundo que sí
Trata de decir a todo el mundo que no
Trata de no ser tú
Trata de olvidarte de ti
Trata de vivir en los demás

.. así continuará el fracaso

viernes, 19 de febrero de 2016

PALABRAS SABIAS

          
Papa Francisco en su visita a México, en estos días 

Al envejecer, y ser más sabios, lentamente nos damos cuenta de que:
Un reloj de 300 dólares marca la misma hora que un reloj de 30.
Una cartera de 300 dólares carga el mismo dinero que una de 30.
La soledad en una casa de 30 metros cuadrados o de 300 es la misma.
Espero que un día te des cuenta de que tu felicidad interna no viene de las cosas materiales en el mundo.
No importa si viajas en primera clase o en la económica, igual bajas si el avión se cae.
Espero que te des cuenta que, cuando tienes amigos y hermanos con quienes hablar, reír, y cantar, eso es verdadera felicidad.

Cinco hechos indiscutibles de la felicidad:
1 - No eduques a tus hijos para ser ricos, edúcalos para ser felices, para que vean el valor de las cosas y no su precio.
2 - Las palabras más galardonadas en Londres: Come tu comida como si fuera tu medicina,o tendrás que tomar tu medicina como si fuera comida.
3 - La persona que te ama nunca te dejará. Aún si hay 100 motivos para rendirse, encontrarán una razón para quedarse.
4 - Hay una gran diferencia entre un ser humano y ser un humano. Muy pocos la entienden.
5 - Eres amado cuando naces y serás amado cuando mueras.
Depende de ti el tiempo intermedio.

Los seis mejores doctores en el mundo:
Luz solar, descanso, ejercicio, dieta, confianza en uno mismo y...amigos.
Mantenlos durante todas las etapas de tu vida y disfruta de una vida sana.
"Qué difícil es el ser humano, nacer no pide, vivir no sabe y morir no quiere!!!’’ 
El MEJOR REGALO que le puedes dar a alguien es tu tiempo y SIEMPRE se le regala a la familia o a un buen amigo.


Papa Francisco

jueves, 18 de febrero de 2016

LA FRATERNIDAD



  
Últimamente vemos que en España se están planteando demagógicamente proyectos independentistas que creemos no van a ninguna parte.

Cuando nuestros hijos comienzan a viajar cada vez más, a saber cada vez más idiomas, a sentirse mas universales, unos cuantos parecen querer dar marcha atrás a la Historia separándonos a unos de otros. Nosotros pensamos que es una ruptura de la fraternidad en nombre de  supuestas diferencias lingüísticas y culturales  a las que convierten en ídolos, que parece que hemos de adorar.

Está muy bien que cuidemos nuestras diferentes culturas pero es necesario que eso no nos separe de los demás y sigamos considerándolo nuestros hermanos. Que todos florezcamos juntos desde la humildad de sentirnos hermanos.


Huellas

miércoles, 17 de febrero de 2016

EL SILENCIO DEL ALMA

Cuaresma es recogimiento,
es meditación,
es silencio.

Cuaresma es regalo,
es oportunidad,
es obsequio.

Hoy es cuaresma,
hoy quiero que haya
silencio en el alma.

martes, 16 de febrero de 2016

MUERTE FELIZ



Estos días he releído el último libro de H. Küng, aún no traducido al español, un texto breve del año 2014 con el que a sus 86 años, aquejado por un Párkinson progresivo, quiso coronar su vida y toda su obra. El título constituye más que un mero testamento vital, es un programa de vida: “Muerte feliz”.

¿Contradicción? Más bien, paradoja de la vida, que solo puede ser feliz dándose. Paradoja de la muerte que se hace donación y se vuelve decisión, expresión, culminación de la vida. La muerte puede ser feliz, pues la vida que se da no muere. ¿Te parece un juego de palabras vacío? Para H. Küng es el horizonte que ilumina su vida entera incluida la muerte. Sabe de lo que habla, pues a ello ha consagrado sus inagotables energías físicas, emocionales, intelectuales, espirituales.

Muerte feliz: eso significa “eutanasia” en su origen y etimología, aunque los nazis degradaron su sentido al utilizarlo para designar sus prácticas de exterminio, de muerte infeliz. Muerte feliz o eutanasia significa morir sin tristeza y sin dolor, o con el mínimo de tristeza y de dolor inevitable. Morir en plena conciencia. Despedirse serenamente de los seres queridos. Asumir sin angustia la pena de la separación; en la pena hay consuelo, en la angustia no; la pena no impide la felicidad, la angustia sí.

Morir en profundo asentimiento a toda la vida, aceptándolo todo, diciendo sí a todo, también a las heridas sufridas y, lo que es mucho más difícil, a las heridas infligidas: no he sido perfecto, lo siento, pero a esto he llegado, y así está bien; me gustaría que muchas cosas hubieran sido mejores, pero está bien como está; digo sí a todo, sin justificar nada. Decir: “Mi obra está acabada: ahí os la dejo”. Y no hace falta que sea una “gran obra”, como la de Hans Küng, ni nadie puede medir la grandeza de la obra por el tamaño o el número o la calidad de los libros escritos, ni por el éxito logrado, o el influjo ejercido. Coronar la vida humildemente. Morir en paz.

Pues bien, como creyente pensador y humanista, afirma Küng: en el momento en que mi vida ya no posee para mí calidad humana suficiente, puedo y debo elegir esa “muerte feliz”, digna, bella, buena. Muerte hermana, no enemiga. Hay un tiempo para vivir y un tiempo para morir. Y yo puedo, debo decidirlo responsablemente. “El ser humano tiene el derecho a morir cuando no tiene ninguna esperanza de seguir llevando lo que según su entender es una existencia humana”. Rehusar prolongar indefinidamente la vida temporal forma parte del arte de vivir y de la fe en la vida eterna. Ya se había pronunciado en el mismo sentido hace 20 años, en 1995, en otro libro (Morir dignamente, Trotta 1997) escrito en colaboración con su amigo y colega Walter Jens.

Asistimos a un cambio radical de paradigma. La legislación social de los diversos países –con contadas excepciones como Holanda o Suiza– adolece todavía de un gran retraso respecto de la opinión social. Y el retraso es más grande en el caso de la jerarquía eclesial. Sostener, como sostiene, que solo es lícita la “ayuda pasiva” (desconectar un aparato de alimentación o de respiración, por ejemplo) no deja de ser una ficción. ¿Hay tanta diferencia entre desconectar un aparato y proporcionar una dosis mayor de morfina que me llevará a la muerte o al descanso final? La jerarquía eclesiástica corre el riesgo de volver a equivocarse, como se equivocó a propósito de los métodos de contracepción o de fecundación llamados “artificiales”.

Elegir la muerte de manera humana es la forma final de elegir la vida de manera humana. Y la humanidad no está definida ni dictada por una divinidad exterior ni representada por ninguna religión. El creyente debiera ver una muerte feliz como definitiva donación confiada de sí a la Realidad primera y última, como tránsito a la Realidad profunda, a la Realidad Fontal, a la Vida sin origen ni fin. Decir que no podemos elegir la muerte porque no somos dueños de la vida es una máxima tramposa. No somos dueños de la vida ni de la muerte, pero somos responsables de la vida y, por lo tanto, también de la muerte, y aquí no es decisiva la distinción entre creyente e increyente. No solo podemos, sino que debemos elegir responsablemente –digo responsablemente– cuándo y cómo morir, sin otro límite que nuestro bienestar y el bienestar común, empezando por el de las personas más allegadas. Y los médicos y las personas más próximas debieran poder atender la demanda de quien libremente les pide –o de quien libremente hubiera dejado expresada esa demanda– una ayuda para bien morir.

Es una exigencia del cuidado de la vida, y no hay otro mandato divino ni otra divinidad que la Vida, el Cuidado, la Bondad y el Buen Vivir.




José Arregi

lunes, 15 de febrero de 2016

COLEGIO REGIÓN NOROESTE EN VALLADOLID


El sábado, día 13 se reunió el Colegio de la Región Noroeste en Valladolid. El lugar de encuentro fue el Centro Diocesano de Espiritualidad del Sagrado Corazón. ¡Qué buen sitio! Allí fuimos llegando de los cinco sectores de nuestra Región (Asturias, León, Astorga, Palencia y los anfitriones, Valladolid). Desde el primer momento la temperatura fue muy alta: ¡qué bien estar juntos!, ¡sentir la cercanía de personas que nos queremos! Isabel y Julián nos tenían preparado un cafetito y ¡unas zapatillas!, un dulce para saborear mejor el café. La sala espléndida, el lugar ideal para el recogimiento, el motivo magnífico: compartir experiencias ENS, porque todo lo que viven los equipistas nos interesa.
 
Rezamos, compartimos lo que nos pasa y cómo nos encontramos, hablamos de la vida de los ENS en nuestra Súper Región España, descendimos a nuestra Región Noroeste y nos paramos en los sectores. Todos vamos en la misma barca, todos caminamos en la misma dirección, todos encontramos obstáculos, todos vivimos la alegría de ser de ENS. Y todo eso lo compartimos. Porque eso es amar.
Julián e Isabel, Diego y Blanca, Angel y María, Viti y Elvira, Angel y Pilar, Pepe y Merche, Dionisio y Trini, Pepe y Teresa y Herminio y Mª Nieves. Nos faltaron algunos: Jesús y Conchi, Jose y Adela, Paco, los tuvimos en cuanta.   Los nombramos expresamente. También a otros.

El encuentro vino a ser una reunión de equipo. Julián e Isabel nos recibieron en este lugar de oración, nos abrazamos y compartimos los primeros saludos. Rezamos. Claro que sí rezamos. Y visitamos el Santuario y nos detuvimos en la capilla y en la iglesia. Pisamos este centro de espiritualidad donde está el origen de la devoción de nuestro país al Sagrado Corazón, gracias al impulso del Beato Padre Hoyos, allá por el comienzo del siglo XVIII.  Trabajamos. Expusimos el pulso de los Equipos en toda nuestra Súper Región. Nos detuvimos en las necesidades detectadas y dimos cuenta de cómo estamos afrontando esas necesidades. Hay mucho trabajo, hay muchas inquietudes, hay muchas ideas, hay mucha ilusión, hay mucha vida en los equipos. Confianza en Nuestra Señora de los hogares y voluntad. Ambas son necesarias. Dios nos ha dotado de muchas cualidades y dones que no podemos enterrar. Cada uno de nosotros somos portadores de una vida matrimonial que la sociedad tiene derecho a conocer. Porque nuestra forma de vida es buena y gusta a mucha gente. ¡El matrimonio es actual! ¡Los Equipos sientan bien! Por eso este curso hemos elegido como reto de la Región Noroeste “Destapa el Tesoro ENS” Porque los equipos son un bien social. Somos conscientes que nuestro Movimiento es un movimiento de Iglesia, la amamos, a pesar de sus pecados, y por eso el lema de este curso de toda España es “Vivir la misericordia con alegría”. Porque estamos en el año de la misericordia.

Había que reponer fuerzas. Allí mismo comimos. Que a gusto estuvimos. Y de nuevo al trabajo. Para compartir experiencias entre los sectores. Preocupaciones, trabajos, esfuerzos, desánimos, entrega, entusiasmo, proyectos. De todo eso se habló y en abundancia. Y con cariño. Porque todos queremos lo mejor para los Equipos.

A eso de media tarde, pusimos el punto y seguido. Con el Magnificat, cada uno de nosotros, enlazados-unidos, alabamos a Dios y dimos gracias por este encuentro. Resultó magnífico. Ahora toca ponerlo en marcha cada día, en nuestras vidas, en nuestros sectores.


Herminio y Mª Nieves. 

     

domingo, 14 de febrero de 2016

TOCA JUGAR. TOCA VIVIR. COMO JESÚS.


LUCAS 4, 1-13

Jesús, lleno de Espíritu Santo, regresó del Jordán, y el Espíritu lo fue llevando por el desierto durante cuarenta días, mientras el diablo lo tentaba. Todo aquel tiempo estuvo sin comer y al final sintió hambre.

El diablo le dijo:

- Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en un pan.

Jesús le contestó:

- Está escrito que "no sólo de pan vivirá el hombre" (Dt 8,3).

Después, llevándolo a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo:

- Te daré toda esa autoridad y su gloria, porque me la han dado a mí y yo la doy a quien quiero; si tú me rindes homenaje, será toda tuya.

Jesús le contestó:

- Está escrito: "Al Señor tu Dios rendirás homenaje y a él sólo prestarás servicio" (Dt 6,13).

Entonces lo condujo a Jerusalén, lo puso en el alero del templo y le dijo:

- Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: "Dará órdenes a sus ángeles para que te guarden", y también: "Te llevarán en volandas, para que tu pie no tropiece con piedras" (Sal 91,11-12).

Le contestó Jesús:

- Está mandado: "No tentarás al Señor tu Dios" (6,16).

Acabadas todas sus tentaciones, el diablo se alejó de él por un tiempo.

Estamos en cuaresma. Es un tiempo para la interioridad. Por eso los Equipos en este periodo hacemos el retiro. Un fin de semana para estar con nosotros mismos y con Dios. Un regalo.

El evangelio de hoy relata las tres tentaciones o peligros sobre los que debemos estar alerta.

La primera. El deseo de acumular. Como si el dinero nos trajera la felicidad. Sabemos que no es así. Pero, ¡¡cómo nos cuesta ser más generosos!! Cuando tenemos la fundamental con una retribución suficiente, ¿para qué más? Tener más no nos llena más. Si acaso, lo que hace es engordarnos y vamos por la vida pujando un peso inútil. ¡¡Cuidado!!

La segunda. La vanagloria, el creernos los mejores. Es una gloria inútil, que aumenta nuestro ego y nos impide ver nuestras carencias. Nos creemos pavos reales exhibiendo colorido. Vamos a dejar de mirarnos el ombligo. Somos criaturas amadas y nuestra mayor gloria es ser humildes.

La tercera. El poder. El estar por encima de los demás. ¡¡Qué error!! El más grande es el más sencillo, el que sabe que es poca cosa, el que ha aprendido que la gran sabiduría es amar. Amar es donarse. Sin pedir nada. Sin creerse mayor ni más grande que el más humilde de las personas.

Esta es la lección que hoy nos enseña el Señor. ¿Nos ponemos a ella? Claro que sí. Por supuesto que sí.


El siguiente video nos hace ver que todos tenemos unas cualidades que tenemos que emplear, si nos las guardamos renunciamos a vivir. ¡¡Atrévete!! ¡¡Entrégate!! ¡¡El juego ha comenzado!! Es nuestra vida. Feliz domingo.  


sábado, 13 de febrero de 2016

DIOS NOS ECHA UNA MANO

Con esta bonita canción qué fácil es entender que Dios nos ayuda. Recemos también por el Movimiento. Hoy se reúne el Colegio de la Región Noroeste en Valladolid. Que no falte una oración.


 


Tu palabra me hace ser
tu mirada me hace ver
tu amor me sana y ahora sé
que de tus manos es mi hacer
que de tus manos es mi hacer
que de tus manos es mi hacer

Y MI ALMA SE ABRAZA A TU VERDAD
INTENTANDO ASÍ CRECER Y MEJORAR
Y ME MIRAS COMO SÓLO TÚ SABES MIRAR

Y TE SIGO, CONFIANDO EN TU BONDAD
Y DE TU MANO MARCHARÉ SIN VACILAR
ECHANDO REDES, PARA DAR Y ALIMENTAR

Me nombras y renace mi vida
me tocas y me estremece la alegría
me hablas y es tu voz la que me guía
me invitas a seguirte cada día
me invitas a seguirte cada día
me invitas a seguirte cada día

Y SOY YO, PERO SABIÉNDOME EN TU AMOR
Y AHORA SIENTO QUE POR FIN TENGO EL VALOR
PARA SALIR, PARA VIVIR PESE AL TEMOR
DE NO SABER A DONDE VOY

Y DE TU MANO MARCHARÉ SIN VACILAR
ECHANDO REDES, PARA DAR Y ALIMENTAR
CREANDO LAZOS QUE NOS UNAN DE VERDAD

ECHANDO REDES, PARA DAR Y ALIMENTAR
CREANDO LAZOS QUE NOS UNAN DE VERDAD
NO HABRÁ TORMENTA QUE NO AMAINE CON TU PAZ


Salomé Arricibita

viernes, 12 de febrero de 2016

NO ME IMPORTA LO QUE SUCEDA

  


Somos presa del abatimiento y de la angustia cuando, por el motivo que fuere, quedamos atrapados por algo que ocurre y que nos remueve en nuestro interior. El detonante puede ser cualquier cosa, y la intensidad de lo despertado depende de diferentes factores: desde la fragilidad del sujeto hasta los condicionamientos propios de la psicobiografía de cada cual.

A veces, no podemos evitar que surjan determinados sentimientos o emociones: no dependen de nuestra voluntad. Pero quizás sea posible desarrollar la capacidad de no permanecer durante mucho tiempo a su merced. Y esto se consigue en la medida en que, aceptando lo despertado, no nos reducimos a ello; cuando somos capaces de pasar de “lo que ocurre” a la “consciencia de lo que ocurre”. Lo cual es posible en la medida en que hemos desarrollado la capacidad de reconocernos en la consciencia que somos, y que está a salvo de los vaivenes mentales y emocionales.

Entonces es posible la aceptación y la rendición completa, desde una actitud lúcida y humilde que se deja fluir con la corriente sabia de la vida. Esa rendición a lo que es, se convierte en fuente de paz y de ajuste.

Nunca puede haber paz estable si no estamos alineados con el momento presente, sin amar lo que es. Cuando amas lo que es, nada puede inquietarte. Como decía Krishnamurti, el secreto de mi paz es que “no me importa lo que suceda”.

Pero eso solo puede decirse cuando se ha superado la identificación con el yo. Este solo puede estar en lo que ocurre y es víctima de ello; por el contrario, la consciencia de lo que sucede es, precisamente porque es aceptación, siempre fuente inagotable de paz y de dicha. Ese es nuestro nombre más profundo: Consciencia, Paz y Gozo.


Enrique Martínez Lozano

Nota de la redacción. Mañana sábado se reúne el Colegio Regional del Noroeste en Valladolid. Pedimos a todos los equipistas que recen para que sepamos impulsar el Movimiento con aires de misericordia.

jueves, 11 de febrero de 2016

LOS ANCIANOS




La semana pasada hablábamos de las personas que pueden manifestar que no  tienen una buena voluntad. Pero a veces, cuando vamos cumpliendo años, manifestamos actitudes de rechazo a personas o ideas que no nos gustan porque nos hacemos rígidos en nuestros pensamientos.

Esas personas actúan mal no por mala voluntad, pero de alguna manera están haciendo daño a otros por su manera rígida de ser.

Esto deberíamos planteárnoslo más a menudo. Cuántos padres no aceptan la vida o la forma de ser de sus hijos y los alejan de su amor. Cuántas veces las normas de la Iglesia manifiestan esa rigidez, porque parece que se niega a rejuvenecerse.

Estamos muy preocupados con el ejercicio físico para que nuestros músculos no se endurezcan, ¿Hacemos lo mismo con la mente?

Hagamos también ejercicios mentales para ser capaces de acoger a todos. Jesús sí que manifestó esa continua juventud, ojala en la Iglesia, con este nuevo papa, vayamos todos rejuveneciendo. Un abrazo

Huellas


miércoles, 10 de febrero de 2016

ID CON LA CARA ALEGRE



La cuaresma es tiempo propicio para darnos cuenta que hemos nacido para amar.
La cara expresa nuestro estado interior: es el momento propicio para ser conscientes que solo amando podemos ser felices.
Hoy comienza un tiempo especial de misericordia.
Feliz cuaresma.

martes, 9 de febrero de 2016

ENTREVISTA AL MEJOR MAESTRO DE ESPAÑA



César Bona: "Yo no haría mejor mi trabajo si me pagaran más"

“Me dan igual los dieces que saquéis en los exámenes si no sois buenas personas. Lo que me importa es que seáis buenas personas y tratéis a los demás con respeto. Después os exigiré todo lo demás”

Uno de los 50 mejores maestros del mundo, según el premio Nobel de los profesores, se muestra crítico con el Libro Blanco del Docente y advierte de que las causas del fracaso escolar son, entre otras, que la escuela no valora el factor humano y que los docentes no están haciendo del colegio un lugar donde los niños quieran ir.

Dice César Bona (Aizón, Zaragoza, 1972) que los niños no son sólo los adultos del mañana, sino también los habitantes del presente. Por eso cree que los maestros deben educar para la vida, además de para el trabajo, y que no deben enseñarles a ser mejores que sus compañeros, sino a ser mejores que lo que eran antes. “Me dan igual los dieces que saquéis en los exámenes si no sois buenas personas. Lo que me importa es que seáis buenas personas y tratéis a los demás con respeto. Después os exigiré todo lo demás”. Así se presentó el primer día de clase en una escuela de Muel (Zaragoza) quien luego fue uno de los 50 mejores maestros del mundo, según el Global Teacher Prize, el premio Nobel de los profesores.

Su metodología se basa en la empatía, en su capacidad de detectar qué necesitan los niños y qué los puede motivar. Como explica en La nueva educación. Los retos y desafíos de un maestro de hoy (Editorial Plaza y Janés), combatió el absentismo escolar haciendo que los alumnos de una clase le enseñaran a tocar el cajón flamenco y fomentó la cohesión en una aula montando una película de cine mudo en la que los protagonistas eran dos alumnos que no se hablaban.

En una cafetería de la estación de Atocha de Madrid, poco antes de coger el AVE para volver a casa y seguir con la vorágine de entrevistas, charlas y reuniones en la que vive desde que fue elegido mejor profesor de España, Bona reclama pasión, creatividad y sensibilidad a los docentes para que ellos mismos puedan fomentar la pasión, la creatividad y la sensibilidad de los alumnos. ¿Cómo? Con más diálogo y menos datos. “Nos empeñamos tanto en enseñar a los niños que nos olvidamos de invitarlos a aprender. Yo veo más importante abrir una puerta a la curiosidad de los niños que darles toda la información, porque si ellos ven cómo funciona, van a estar siempre entrando y saliendo con esa puerta".



El libro blanco del docente que prepara Juan Antonio Marina propone pagar a los profesores en función de sus resultados. ¿Qué le parece?

Yo no haría mejor mi trabajo si me pagaran más. E igual que yo, también muchos maestros que sé que viven con pasión esta profesión. Aunque a nadie le amarga un dulce, no es cuestión de dinero. Si te pagan más, maravilloso, pero no me apetece que se asocie esta profesión, que es tan bonita, con trabajar bien para ganar más. Además, este tema tiene varios matices que es necesario analizar. Por ejemplo, ¿según qué resultados iban a pagar más? Porque, si los resultados son números, ¿cuánta gente iría a los centros que llaman de difícil desempeño? Porque normalmente los profesores que van allí sienten pasión por esta profesión y acuden a estos centros para sacar lo mejor de esos niños. Los resultados son humanos, no se pueden cuantificar en una nota. Luego, sí que valoraría a los maestros por su implicación con los niños, con los padres, con la escuela y con la sociedad, no por un número. Hay muchísimos maestros que se implican para que un niño saque un 5 y es una gran satisfacción ver que se va superando. Tenemos que educar a los niños no para que sean mejores que sus compañeros sino para que sean mejores que lo que eran antes. Esas medidas que propone el libro blanco crearían además competitividad entre los niños, entre los docentes, entre los centros... Es algo peliagudo. Estoy a favor de evaluar a los profesores que hacen cosas interesantes para los niños, pero hay que ver cómo.

Marina también propone un MIR para maestros. ¿Cómo lo ve?

Me parecería bien hacer una selección entre quienes están estudiando para ser maestros. Serviría para ver qué cualidades tienen, qué ofrecen. ¿Eres un ser curioso, creativo? Si lo eres, tienes más opciones que los demás para ser maestro porque eso es lo que vas a enseñar a los niños. ¿Eres un ser con compromiso social? Si lo eres, tienes más opciones que los demás para ser maestro porque eso es lo que vas a enseñar a los niños.

¿Cómo se podrían evaluar estas cualidades?

Hay maneras para ver si alguien es creativo o comprometido. A través de sus proyectos se podría medir. Lo que no puede ser es que alguien, por sacar un 9 o un 10, empiece a trabajar de maestro cuando quizás no sabe tratar a los niños, no sabe escucharlos, o no sabe ponerse en su lugar.
Dice que si los maestros quieren enseñar deberían estar siempre aprendiendo. ¿La formación continuada al profesorado debe ser obligatoria?
Si un maestro es consciente de lo que implica su relación con los niños siempre sabe que ha de estar formándose. No hace falta que te obliguen si sabes que cada día tienes que dar tu mejor versión para sacar la mejor versión de los alumnos. Hay que ofrecer mucha más formación, pero vamos a distinguir entre la formación al profesorado, que es fundamental, de la formación para futuros maestros en las universidades. A ellos hay que darles herramientas para que las usen luego con los niños, herramientas de expresión oral, de compromiso social, para estimular la curiosidad y la creatividad de los futuros docentes. Cuando doy charlas en las universidades pregunto a cuántos les han enseñado a hablar en público y, de 600, levantan la mano cuatro. ¿Cómo vamos a enseñar a los niños a hablar en público si nadie nos ha enseñado a nosotros? Nunca es tarde para empezar.

Apunta en el libro que los profesores deben estar motivados para poder despertar la curiosidad de los alumnos por aprender. ¿Qué les diría a los docentes hastiados que ya no tienen ganas de aprender?

"Tenemos que educar a los niños no para que sean mejores que sus compañeros sino para que sean mejores que lo que eran antes"
La educación tiene mucho que ver con la felicidad. Y la felicidad tiene mucho que ver con la educación. Uno aprende cuando está feliz y, en ese sentido, un maestro que no vaya feliz a trabajar jamás va a encontrar a los alumnos felices. Por consecuencia, esos alumnos nunca van a tener ganas de ir al colegio. Además, según qué educación les das, ellos podrán encontrar su camino. Existe gente que se acomoda y en esta profesión uno nunca puede estar cómodo. Uno tiene que ser consciente de que es imperfecto y humilde para aprender de los compañeros, de los padres y de los niños. Es imposible saber de todo, siempre tenemos que aprender de la gente que nos rodea y esa es una cualidad que deberían tener todos los maestros. Y deben ser abrepuertas. No sólo tienen que meter datos en las cabezas de los niños, sino abrirles las puertas a la curiosidad porque tienen mucho que ofrecer. La escuela, normalmente, no deja aflorar la creatividad y la imaginación de los niños, no deja que la expresen y la compartan.

¿A qué cree que se debe?

A que los currículums son exageradamente largos. Desde el primer minuto hasta el último, muchos profesores piensan que lo más importante es meter datos en las cabezas de los niños. Pero no, hay que educar para la vida. Y si en algún momento hay que olvidarse de estos datos y estar hablando días y días con los niños de cosas más importantes que la Edad Media, debemos hacerlo. Debemos hablar sobre la interacción entre ellos, sobre la cooperación, sobre el respeto. Entonces habrá gente que dirá: "Así no aprenden". Pero ¿qué quieres que aprendan? Hay tiempo para todo, pero lo que no puedes hacer es dedicar todo el tiempo de la clase a meter datos en las cabezas de los niños que a los 30 días habrán olvidado casi completamente.
" Es más importante abrir una puerta a la curiosidad de los niños que darles toda la información

¿Qué ha provocado que ahora los currículums sean tan extensos?

No lo sé. No sé quién decide meter tanta materia en un año. Pero las consecuencias son graves. Por ejemplo, que los niños estén haciendo deberes hasta las tantas porque hay que terminar el temario... para mí, eso es contraproducente. Hay que dar un poco de oxígeno para que los chavales tengan ganas de volver a clase el día siguiente, hay que dejarles con hambre.
Imagino que en Secundaria eso es tarea imposible...

Es paradójico. Cuanto más ganas tienen de sentir que son alguien, es cuando más se les anula. ¿Por qué? Porque las clases son de 50 minutos, porque hay muchísima información que darles en poco tiempo... Cuanto más necesario es escucharles es cuando menos tiempo hay para ello. Cuanto más necesidad tienen de participar en la sociedad es cuando menos tiempo tienen para participar en la sociedad.

El Gobierno dice que una de las causas del fracaso escolar es la falta de incentivos al profesorado. La oposición culpa a los recortes y usted afirma que no toda la culpa es de las instituciones. ¿Cuál es la raíz del problema?

A nadie se le puede convencer de que un recorte va a hacer que la educación mejore. Un buen maestro con un mal sistema podrá hacer algo, y con un buen sistema, hará algo definitivamente. Un mal maestro en un buen sistema hará muy poco; y en un buen sistema, hará muy poco también. Lo primero es dar lo máximo de nosotros mismos. Y luego, el sistema tiene que ayudar. La primera causa del fracaso escolar es que no hacemos de la escuela un lugar donde los niños quieran ir. Otra causa es que no se tiene en cuenta el factor humano. Si se recortaran los currículums y tuviéramos más tiempo para hablar, si los niños tuvieran tiempo para expresar su creatividad, querrían volver al colegio. Es extraño ver clases en las que los niños expresen lo que tienen dentro, sus talentos... Cuando eso sucede, quieren volver a clase porque ven que tienen algo que todos los seres humanos tenemos: el deseo de sentirse útiles, escuchados, queridos.
La primera causa del fracaso escolar es que no hacemos de la escuela un lugar donde los niños quieran ir
Dice que en sus clases hay empatía, respeto y sensibilidad. Sin embargo, cuando se hacen leyes, sólo se habla de números, competencias y resultados.

En 1996, Jacques Delors preparó un informe sobre cómo tenía que ser la educación y señaló cuatro pilares básicos: los niños tendrán que aprender a hacer, aprender a aprender, aprender a convivir y aprender a ser. ¿Dónde están los dos últimos pilares a estas alturas?

Con proyectos como 'El Cuarto Hocico', una protectora de animales virtual creada por los alumnos que ha ido creciendo y se ha extendido a otros pueblos, aboga por despertar el sentido crítico de los alumnos y hacerles sentir protagonistas del cambio. ¿Por qué?
Eso es mágico. Si a un niño le invitas a participar y a actuar, cambia todo. Si se sienten ejemplos para otros, se esfuerzan incluso en hacerlo mejor. Cuando les invitas a mirar a la sociedad y a aportar algo, intentan cambiar su entorno para bien cambiando ellos también interiormente.

¿Cómo reaccionan los padres ante sus propuestas?

Los padres, por norma, piensan que hemos de educar a sus hijos como ellos fueron educados. Pero las herramientas cambian, el contexto en el que viven los niños cambia... Y tenemos que convencerles de ello. A los futuros maestros les digo que tenemos que ser perseverantes en este sentido y que es imprescindible el diálogo con los padres. A algunos les cuesta entender que los niños tienen que aprender cosas que no están en los libros, pero poco a poco van comprendiendo la situación. Lo que esta claro es que cuando a un niño le invitas a superarse, o cuando confías en él, los resultados son maravillosos. Pero para que tú confíes en un niño y le escuches, necesitas tiempo.
"Cuando a un niño le invitas a superarse, o cuando confías en él, los resultados son maravillosos"

El tiempo. ¿Qué le diría a un profesor que comparte su opinión pero dice que no tiene tiempo de hacer esas cosas que propone?
  


Todos mis proyectos los he hecho en la escuela pública y he cumplido con el currículum. ¿Cómo? Recortando cosas que yo consideraba menos interesantes que escuchar a los niños. ¿Cuál es el resultado? Que los niños tienen ganas de ir a la escuela, es decir, uno de nuestros fines. Yo les diría a todos los maestros: "Sé el profesor que tú quisieras para tu hijo".
Usted recomienda educar a los niños no sólo para que encuentren trabajo, sino para encontrarse a ellos mismos. ¿Están preparados los docentes para educar en la gestión de las emociones?
No todos estamos preparados para ello, hace falta formación. En realidad, el personal y el profesional deberían ser caminos paralelos porque si no tienes formación no te vas a ganar la vida, pero a mi modo de pensar, una de nuestras misiones HA DE SER DAR HERRAMIENTAS A LOS NIÑOS PARA QUE SEAN FELICES. Cuando transmites conocimiento, estás dando esas herramientas, pero no es sólo cuestión de datos sino también de que puedan revertir esos datos en la sociedad. Lejos de hacer un mundo competitivo, que es lo que ha hecho la escuela muchas veces, creo que debemos construir un mundo cooperativo en el que haya sitio para todos, en el que no haga falta dar codazos.
"Lejos de hacer un mundo competitivo, que es lo que ha hecho la escuela muchas veces, debemos construir un mundo cooperativo"

¿Cómo reaccionan los alumnos que no le conocen cuando les plantea sus proyectos?

Primero, me conocen. Y yo les conozco a ellos. Esa es la base de cualquier relación humana: conocerse. Parece mentira que muchos maestros lleven años sin conocer a los alumnos a los que pretenden enseñar. Para mí, la educación es una relación humana. Y si no conoces a la otra persona, si no conoces sus gustos, sus preocupaciones, qué le inquieta, qué le gustaría, es difícil interactuar. Esta es otra de las causas del fracaso escolar: que no conocemos a nuestros alumnos, no sabemos hacia donde pueden aplicar lo que se les enseña.


Tomada de PUBLICO.ES