domingo, 23 de julio de 2017

SOMOS TRIGO Y CIZAÑA


MATEO 13, 24-42

- Se parece el reino de Dios a un hombre que sembró semilla buena en su campo; 25 mientras todos dormían llegó su enemigo, sembró cizaña entre el trigo y se marchó.

26 Cuando brotaron los tallos y se formó la espiga apareció también la cizaña. 27 Los obreros fueron a decirle al propietario:

- Señor, ¿no sembraste en tu campo semilla buena? ¿Cómo resulta entonces que sale cizaña?

28 Él les declaró:

- Es obra de un enemigo.

Los obreros le preguntaron:

- ¿Quieres que vayamos a escardarla?

29 Respondió él:

- No, por si acaso al escardar la cizaña arrancáis con ella el trigo. 30 Dejadlos crecer juntos hasta la siega. Al tiempo de la siega diré a los segadores: Entresacad primero la cizaña y atadla en gavillas para quemarla; el trigo, almacenadlo en mi granero.

31 Les propuso otra parábola:

- Se parece el reino de Dios al grano de mostaza que un hombre sembró en su campo; 32 siendo la más pequeña de las semillas, cuando crece sale por encima de las hortalizas y se hace un árbol, hasta el punto que vienen los pájaros a anidar en sus ramas.

33 Les dijo otra parábola:

- Se parece el reino de Dios a la levadura que metió una mujer en medio quintal de harina; todo acabó por fermentar.

34 Todo eso se lo expuso Jesús a las multitudes en parábolas; sin parábolas no les exponía nada, 35 para que se cumpliese el oráculo del profeta: "Abriré mis labios para decir parábolas, proclamaré cosas escondidas desde que empezó el mundo" (Sal 78,2).

36 Luego dejó a la multitud y se fue a la casa. Los discípulos se le acercaron a pedirle:

- Acláranos la parábola de la cizaña en el campo.

37 Él les contestó:

- El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; 38 el campo es el mundo; la buena semilla son los ciudadanos del Reino; la cizaña son los secuaces del Malo; 39 el enemigo que la siembra es el diablo; la cosecha es el fin de esta edad; los segadores, los ángeles.

40 Lo mismo que la cizaña se entresaca y se quema, sucederá al fin de esta edad: 41 el Hijo del hombre enviará a sus ángeles, escardarán de su reino todos los escándalos y a los que cometen la iniquidad 42 y los arrojarán al horno encendido; allí será el llanto y el rechinar de dientes.

No busquemos el trigo y la cizaña separados: están en cada uno de nosotros. Vivimos, como personas, con esa limitación. No somos perfectos. Dentro de nosotros hay esa tensión entre ser trigo y ser cizaña. Toda la vida será un camino por ser trigo, que significa que me doy, yo mismo, a los demás. Cuando seamos capaces de aceptar a los demás con sus limitaciones, nos estaremos   aproximando más al Reino de Dios.  


En cada uno de nosotros está esa semilla del Reino: es la misma vida que tenemos por delante. En el siguiente video se nos invita a darnos cuenta de esa grandeza. Feliz domingo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario